CONSTRUCCIÓN DEL EMBALSE DE L´ANGLIRU (1.570 m.)RIOSA, EN EL AÑO 1973
– SIERRA DEL ARAMO –
INTRODUCCIÓN.-
La
SIERRA DEL ARAMO, es una zona de pastos de
altura de gran calidad ubicada en la zona central de Asturias, con
dirección NO-SE, de 15 kilómetros cuadrados y cuya
superficie se reparte en proporción
decreciente entre los Concejos de Quirós, Riosa y Morcín, por el orden
indicado. La calidad de estos pastos ya fue reconocida por el ingeniero D. Alfonso Dory, en la
Memoria publicada en la Revista Minera Metalúrgica y de Ingeniería en noviembre de 1893 sobre Las Minas Prehistóricas de Texeo (Riosa).
Es interesante como describe
el Sr. Dory, de forma magistral y gráfica el sistema
de pastoreo que ya, en aquella
época, se desarrollaba en la Sierra del Aramo durante la primavera y el verano
y que, en la actualidad (S. XXI), se mantiene de forma idéntica para
aprovechar los pastos de montaña, que él
califica de excelentes, como consecuencia de la manera en que se forma la capa
de tierra vegetal que cubre la ladera de la montaña por encima de la caliza. Estas
son sus palabras: “Actualmente
la arcilla, formada por el légamo (limo, barro) que acarrean
las aguas, se ha depositado en las anfractuosidades (irregularidades de la caliza);
la tierra vegetal, de excelentes pastos, cubre la caliza desde su base a la
cúspide, los habitantes de los valles abandonan desde el principio de primavera
al fin del verano los ganados en estas praderas, donde crece en abundancia la
hierba larga, fina y olorosa de las grandes altitudes. Al llegar los primeros
fríos, los ganaderos bajan de nuevo a los valles, la montaña se cubre con un
espeso manto de nieve, que conserva a veces hasta la primavera”. En esta parte de la exposición
le sale la vena poética cuando dice: “Al
retintín de los cencerros sucede, en el Aramo abandonado, el fragor de la
tormenta; el viento del norte barre del océano hacia las cumbres de la montaña los
negros nubarrones que en ella se condensan, y los fulgores del rayo que raja un
árbol o hiende la roca iluminando a menudo la cresta de la sierra”.
Asimismo, hace referencia a
otra de las características más significativas de la Sierra del Aramo: la paisajística. Nos ofrece una
panorámica de todo lo que se divisa desde el alto de la Sierra, pasando a
describir los distintos valles que conforman las cuencas mineras, la zona
central de Asturias, hasta llegar a línea azul del mar Cantábrico.
No obstante la reconocida
calidad de los pastos, casi ningún año
podían ser aprovechados en su
totalidad, como consecuencia de la falta de agua, que obligaba a bajar el
ganado antes de terminar la temporada de pastos. De hecho ya en agosto 1941 el
Ayuntamiento de Riosa, con el Alcalde Julio Alvarez Villanueva, se instruyó expediente para la Reforma y
Ampliación del Lago “Anglero” en el Puerto del Aramo
Igualmente se hizo con el "Lago de Robles".
En las fotos que aparecen a a continuación se puede ver el expediente de reparación del "Lago del Anglero" en el año 1941.
Sin
embargo las obras llevadas cabo, sobre todo, eran obras parciales, que nunca afectaron a la totalidad de los
lagos.
Si bien, en la parte alta
de la Sierra, la escasez de agua es manifiesta, en la ladera riosana, el agua fluye con
abundancia desde el sur hasta el norte:
En Rioseco, en los Gueyos del río Llamo,
En los Gueyos del Río Code, en Fuente La Piedra, Fuente Mayo, Fuentes Sordes etc. El agua es
abundante y de calidad, hasta el punto que existen captaciones tanto en Llamo, como en Code, como en Fuentes
Sordes, para suministrar agua a la capital del Principado desde el último
cuarto del siglo XIX. Eso sí, sin pagar un céntimo a nuestro Concejo,
escudándose en que el agua es pública.
Por
encima de los 1.000 m. el agua
prácticamente desaparece y solamente queda el agua procedente del deshielo y las
fuertes lluvias que, de cuando en cuando se producen en la Sierra y que se acumula en determinados puntos:
L´Angliru, Robles, Llazarandín y Abeduríu, en la parte riosana; Veneros, Cueva,
La Barrera y Fompedrín, en la zona
quirosana; por último, el llagu del Tollo
La Veguellina, en Morcín.
Esta escasez de agua de las zonas altas hacía que el ganado tuviera
que abandonar los pastos antes de finalizar la campaña cuando podrían
permanecer un mes o dos más.
EJECUCIÓN DE LA OBRA Y REPORTAJE FOTOGRÁFICO.-
EJECUCIÓN DE LA OBRA Y REPORTAJE FOTOGRÁFICO.-
La situación preocupaba a los ganaderos y a los distintos Alcaldes que se iban sucediendo en la Alcaldía del Ayuntamiento de Riosa, hasta
que, en el año 1973, el Alcalde Silvino
Sariego Muñiz, al que Riosa nunca debería dejar en el olvido y colocarlo en
el lugar que realmente se merece, se puso en contacto con el ICONA (Instituto para la Conservación de la
Naturaleza), administrador de los Montes de Utilidad Pública de propiedad
municipal, concretamente del denominado
“Puertos Guariza y La Segadas, nº 264 del Catálogo Provincial, que coincide con
la parte riosana de La Sierra del Aramo, con la finalidad de que financiara la CONSTRUCCIÓN DEL EMBALSE DE L´ANGLIRU y así resolver un problema de
gran importancia para los ganaderos. Si bien inicialmente no logró su
propósito, si consiguió que el ICONA colaborase en el proyecto.
Foto: José Luis Cabo Sariego.
Haciendo
un inciso en nuestro relato, queremos destacar la labor desarrollada por este
Alcalde. Durante su mandato se hicieron
las principales obras de infraestructura del Concejo:
a)
Carreteras a todos los pueblos
importantes de Riosa (La Juncar, Las Llanas, Villamer, Muriellos, Doñajuande,
Porció, La Cantera-Llamo, El Cabornín.
b)
Construcción de las redes generales de suministro de agua potable (desde
Fuentes Sordes a Villamer y desde La Extremaera hasta La Vega), con
construcción de depósitos en cada uno de los pueblos; destacan los de La Vega y
La Ará con capacidad para doscientos veinticinco mil litros de agua,
respectivamente. Los pueblos más
importantes fueron dotados con depósitos con capacidad para 25.000 litros, como
los de Villamer y La Juncar.
c) Redes
de distribución del agua en cada uno de los pueblos de Riosa. Y, también,
construcción de la red general y distribución de los pueblos del Cordal (La
Vara, Cantu La Vara, El Cantu, El Praulorto).
d) Los redes de saneamiento de todos los pueblos importantes
de Riosa.
e) Lavaderos
públicos (Villamer, La Juncar, Llamo),
que completaban los construidos por el Ayuntamiento de Oviedo en el primer
cuarto del siglo XX, como compensación de las captaciones de agua en nuestro
Concejo para suministrar a la capital.
f) Luz
eléctrica a todos los pueblos.
g) Teléfono
a los pueblos más importantes.
h) Escuelas públicas en los pueblos de Llamo,
La Cantera, Felguera, Muriellos, Grandiella, Doñajuande, La Vara.
i) Construcción del Colegio Público viejo de La Ará.
j) Construcción de un edificio de 14 viviendas para
los maestros en La Ará.
k) Compra a ENSIDESA del Pinar de Porció (18
hectáreas), donde
ahora ha sido construido Un Hotel Rural Municipal y otras obras
accesorias.
l) Compra a ENSIDESA de 33.000 metros cuadrados en La Ará, donde
ahora está construido El Colegio Público nuevo, Las viviendas adyacentes al
Colegio, El Campo de fútbol, La Piscina, El Polideportivo, el parque y los terrenos
en El Raucán (donde inicialmente estuvo ubicado el basurero).
ll) La
Segunda fase de las viviendas de La Ará
(200 viviendas).La primera fase se hizo bajo el mandato del Alcalde Luis Sariego.
m) Construcción
de 116 viviendas en Nijeres.
n) Construcción
del Cuartel de la Guardia Civil en La Vega.
o) Construcción del embalse de L´Angliru.
p) Multitud
de obras menores, lavaderos, abrevaderos, etc.
q) Deslinde de los Montes de Utilidad Pública del Concejo, de titularidad municipal: La Foz nº 262 del Catálogo, (Campa Braña....), La Gallina, nº263 del Catálogo y Puertos Guariza y La Segadas, nº 264 del Catálogo (Sierra del Aramo), así como el amojonamiento total de este último.
q) Deslinde de los Montes de Utilidad Pública del Concejo, de titularidad municipal: La Foz nº 262 del Catálogo, (Campa Braña....), La Gallina, nº263 del Catálogo y Puertos Guariza y La Segadas, nº 264 del Catálogo (Sierra del Aramo), así como el amojonamiento total de este último.
Retomando
el hilo de nuestra exposición, el Ayuntamiento de Riosa, en aquel momento, no
disponía de una economía muy boyante como consecuencia de la reciente
adquisición de los 33.000 metros cuadrados de terreno en La Ará y El Pinar de Porció (18
hectáreas), por lo que buscó el apoyo de los ganaderos. Y los ganaderos
demostraron su generosidad volcándose en cuerpo y alma en la tarea. El Alcalde pensaba que si se lograba
culminar esta obra, seguirían los otros puntos
vitales para los ganaderos (Llagu
de Robles, Llagu de Llazarandín y Abeduriu). El tiempo le daría la razón y
hoy existe una autentica red de
embalses en los puntos indicados. Ejemplo que siguieron,
después, los Municipios de Quirós
(Cueva, La Barrera, Fompedrín) y Morcín (Llagu del Tollo La Veguellina).
La
construcción del EMBALSE DE L´ANGLIRU no fue tarea fácil, eran muchos y graves
los problemas a que había que
enfrentarse. En primer lugar, NO HABÍA
CARRETERA O PISTA ALGUNA, que facilitara el transporte de materiales.
Todo había que transportarlo a lomos de
caballerías y mulos desde el pueblo de Grandiella, teniendo que subir desde los
600 m. hasta los 1.570 m. del Llagu del Angliru a través de senderos, por los que, la mayor parte de
los caballos, no podían subir nada más que un saco de cemento, solamente los
mulos contratados podían transportar el doble. La intendencia era fundamental
en este proyecto. Al final, después de varias reuniones entre Ayuntamiento,
ICONA y ganaderos, se dio el visto bueno al proyecto. La obra sería ejecutada
por un grupo de ganaderos, a cuyo frente como jefe de obras estaba el albañil,
Daniel Alvarez Vázquez, bajo la dirección de los Ingenieros del ICONA; el
Ayuntamiento se encargaría de coordinar
el transporte y la intendencia, haciéndose cargo del resto de materiales que no
pudieran abonarse con las aportaciones económicas de los ganaderos y del ICONA.
La Obra se llevó a cabo durante los
meses de setiembre- octubre de 1973 y se ejecutó en el tiempo record de un mes, teniendo en cuenta las
circunstancias adversas en que se se realizaba. Se eligió esta fecha para permitir
que el ganado pudiese prácticamente agotar la temporada de pastos, pero esto
también era otra dificultad más añadida,
dado que el tiempo en el otoño siempre
fue muy variable y podía entorpecer la realización de la obra. De hecho así
fue, tuvieron que enfrentarse alguna ventisca de nieve que estuvo a punto de
llevarles las lonas que cubrían el techo de la tienda.
Se
construyó una amplia tienda con estructura de troncos y cubierta de lonas
alquiladas a la RENFE, que contaba con
dos departamentos, uno en el que dormían los 14 ganaderos (casi en su totalidad jubilados de la mina), encargados de la
ejecución de la obra y otro, donde estaba instalada la cocina y la despensa. Al
frente de la cocina estaba Amado Martínez Fernández, de Doñajuande (había sido
cocinero en la guerra civil). Como encargado del suministro de alimentos y útiles necesarios, estaba
Severino González Vázquez (Fabariega), de La Juncar. Hacía el recorrido diario
entre Grandiella (600 m.) y El Angliru (1.570 m.) con su macho llamado "Trapero" – todavía no
había carretera de Porció a Viapará -; también
cada dos o tres días suministraba el agua potable, para cual tenía que
ir hasta Cobayo de Quirós. La única
comunicación con el exterior era a través del transistor y de las noticias que
diariamente traía Fabariega. Durante el mes que duró la obra, estos catorce
obreros tuvieron que soportar muchas penalidades, hasta una ventisca de nieve y
viento que a punto estuvo de llevarse las lonas de la tienda, teniendo que
asegurarlas en plena tormenta.
Aparte
de estos catorce obreros, que percibían
un salario, esporádicamente, otros ganaderos colaboraban desinteresadamente con
algún jornal en la construcción del embalse.
Como decíamos, el cemento, las tablas para
el encofrado, el hierro etc, tenía que ser transportado a lomos de caballerías
o mulos desde Grandiella, en total 335 sacos de cemento. De estos, 244 sacos, fueron transportados por los ganaderos con sus caballerías, el resto, 91 sacos, fueron transportados por arrieros contratados por el Ayuntamiento de Riosa a Joaquín García Muñiz a quien acompañaba
uno de sus obreros llamado Ernesto. La arena
que se utilizaba en la obra era extraída en las vetas que había entre la
caliza en La Espinera y en las
inmediaciones del propio Embalse.
DATOS ECONÓMICOS DE
LA OBRA
Aportaciones
económicas de los ganaderos y colaboradores …… 269.725 pts.
Aportación
del ICONA ………………………………………………………………... 163.818 pts.
TOTAL ………………………. 433.543 pts.
Otras
aportaciones:
Ayuntamiento de
Riosa portes de 91 sacos de cemento trans-
portados por Joaquín
García Muñiz y uno de sus obreros llamado
Ernesto
Ferreira Lema, desde Grandiella, a razón de 325 pts.
Saco……………… .................................................................. 29.575 pts.
Saco……………… .................................................................. 29.575 pts.
El Ayuntamiento de
Riosa también pagó la manutención
de 14 obreros durante un mes, tiempo que duró la obra.
La nómina de
jornales de los catorce obreros durante los meses
de setiembre y
octubre de 1973 ascendió a …………………………….
222.900 pts.
De
esta gesta, así se puede calificar la construcción
de este embalse, se hizo eco el
periódico “La Nueva España”, en el suplemento dominical del diario
correspondiente al día 21 de octubre de 1973, en un artículo de Carlos A.
Barbao, utilizando fotos de José Luis Cabo Sariego.
Foto: José Luis Cabo Sariego.
Foto: José Luis Cabo Sariego.
Otoño de 1973. Construcción Llagu L´Angliru (Riosa). Sierra del Aramo.
En la foto están los que, en condiciones difíciles, hicieron la obra. Falta alguno más como Daniel Álvarez Vázquez, Paulino Martínez, Herminio ..
De izquierda a derecha: Manolo Carrilón, Julio, Rodrigo (Rigo) El Cabornín, Francisco (Quico) Doñaxuande, Alfredo, Senén de La Xuncar, Comuñes, Fabariega La Xuncar, Tino Ablaneo, Amador de Les Gateres, Armando Cereceo, Vicente Les Gateres, Amado de Doñaxuande ( el cocinero del grupo y Ovidio ( el más joven de la cuadrilla junto con Herminio). La obra se hizo cuando no había carretera y era necesario pernoctar, en una rústica tienda de lonas y troncos, a pie de obra.
El 28 de octubre de 1973, el diario "La Nueva España", nuevamente se hace eco de esta obra, concretamente de su terminación, tal como podéis ver a continuación:
Foto: José Luis Cabo Sariego.
Foto: José Luis Cabo Sariego.
Esta es la foto que utilizó el diario "La Nueva España" para encabezar el artículo.
Foto: José Luis Cabo Sariego.
También disponemos de algunas fotos, unas en blanco y negro y otras en color que, aunque no tengan la calidad que deseáramos, nos sirven como testimonio de la obra realizada:
Foto: José Luis Cabo Sariego.
Vista
general de L´Angliru, con la tienda de los obreros, el llagu, con los obreros
en plena actividad y los machos de
Joaquín García Muñiz, contratados por el
Ayuntamiento para subir 91 sacos de
cemento. El resto, 244 sacos, fueron subidos gratuitamente por los ganaderos.
Al fondo El Picu Gamonal.
Foto: José Luis Cabo Sariego.
En
esta foto se puede ver parte de los muros ya construidos y el encofrado del
muro principal en su parte superior.
Foto: José Luis Cabo Sariego.
En
esta otra, sacada después de terminar la obra, cuando se efectuaron las tareas
de limpieza del fondo, se aprecia la perfección y
calidad de los muros construidos.
Foto: José Luis Cabo Sariego.
Esta
rampa fue construida para dar salida a cualquier animal que pudiera caer al
agua. En la foto aparece Daniel Alvarez Vázquez, jefe de obra y Gil de Doñaxuande.
Foto: José Luis Cabo Sariego.
Aparte
de los muros, se construyó un cierre perimetral de piedra para evitar que el
ganado cayera al embalse
Foto: José Luis Cabo Sariego.
Detalle del muro principal.
Detalle
del muro perimetral construido para evitar que el ganado cayera al embalse.
Foto: José Luis Cabo Sariego.
Encofrando
la parte superior del muro principal del embalse.
Foto: José Luis Cabo Sariego.
Detalle
del muro que mira al Cantu L´Angliru
Foto: José Luis Cabo Sariego.
En
plena ejecución de la obra.
Foto: José Luis Cabo Sariego.
Por
la mañana, en los días soleados, ponían las colchonetas y las mantas al sol para
ventilarlas.
Foto: José Luis Cabo Sariego.
Manolo
El Carrilón y Comuñes de Felguera y Rigo el del Cabornín, con su pipa, tomado
un tentempié
Foto: José Luis Cabo Sariego.
Fabariega, el de la Xuncar, comiendo en la cocina de la
tienda.
Foto: José Luis Cabo Sariego.
Amado,
el cocinero, comiendo con Fabariega, dentro de la cocina de la tienda.
Foto: José Luis Cabo Sariego.
Detalle de los muros y rampa de emergencia.
Foto: José Luis Cabo Sariego.
Detalle muro principal por el interior.
Foto: José Luis Cabo Sariego.
Detalle muro principal por el interior.
Foto: José Luis Cabo Sariego.
Concluida la obra, se llevó a cabo la limpieza del fondo mediante "sextaferia", a la que acudieron más de sesenta personas.
Foto: José Luis Cabo Sariego.
Detalle de la rampa de emergencia, para el caso de que cayera alguna res.
Foto: José Luis Cabo Sariego.
Otro detalle de fortaleza de los muros construidos.
Foto: José Luis Cabo Sariego.
Foto: José Luis Cabo Sariego.
Muradal de cierre exterior.
Foto: José Luis Cabo Sariego.
Foto: José Luis Cabo Sariego.
Foto: José Luis Cabo Sariego.
Tienda
que albergaba a los trabajadores. Tenía
dos departamentos, uno destinado a
dormitorio y el otro a cocina.
Foto: José Luis Cabo Sariego.
Foto: José Luis Cabo Sariego.
Foto: José Luis Cabo Sariego.
Senén
García González, de La Xuncar y otro
compañero, sacando arena de una de las vetas entre la caliza.
Foto: José Luis Cabo Sariego.
Francisco
Otero Díaz, Quico el de Doñaxuande, transportando arena con el carretillo.
Foto: José Luis Cabo Sariego.
Amado
Martínez Fernández, de Doñaxuande, el cocinero, preparando la comida.
Foto: José Luis Cabo Sariego.
Foto: José Luis Cabo Sariego.
Joaquín García Muñiz acaba de llegar con una carga de cemento y repone fuerzas en la tienda.
Joaquín García Muñiz acaba de llegar con una carga de cemento y repone fuerzas en la tienda.
Foto: José Luis Cabo Sariego.
Severino
González Vázquez (Fabariega), acaba de llegar con el agua desde Cobayos de
Quirós. Con él, Joaquín García Muñiz, Francisco Otero Díaz, Quico el de
Doñaxuande, Ernesto Ferreira Lema, el arriero y
Ovidio Vázquez Alvarez.
Foto: José Luis Cabo Sariego.
Foto: José Luis Cabo Sariego.
El
arriero, Ernesto Ferreira Lema, dando de beber a los machos.
Foto: José Luis Cabo Sariego.
Armando
Alvarez González, de Cereceo; Julio Muñiz Fernández, de Grandiella; Rodrigo Otero Alvarez,
Rigo el Cabornín y
Vicente Muñiz Vázquez de Les Gateres. En primer plano el perro llamado
“moro”
que les acompañó durante el tiempo que duró la obra.
Foto: José Luis Cabo Sariego.
El “moro”, así se llamaba el fiel perro guardián que acompañó a los obreros durante el mes que duró
El “moro”, así se llamaba el fiel perro guardián que acompañó a los obreros durante el mes que duró
la obra de L´Angliru.
Foto: José Luis Cabo Sariego.
Croquis
de la obra realizado por Sergio Álvarez Vázquez
Foto: José Luis Cabo Sariego.
Foto: José Luis Cabo Sariego.
Foto: José Luis Cabo Sariego.
Foto: José Luis Cabo Sariego.
Foto: José Luis Cabo Sariego.
Foto: José Luis Cabo Sariego.
Antes de ejecutar la obra, el ganado se introducía dentro del llagu, por lo que el fondo estaba lleno de cucho, de ahí que fuera necesario realizar la limpieza para que el agua estuviera lo más limpia posible. A tal fin se organizó una Sextaferia a la que concurrió gran número de gente.
Antes de ejecutar la obra, el ganado se introducía dentro del llagu, por lo que el fondo estaba lleno de cucho, de ahí que fuera necesario realizar la limpieza para que el agua estuviera lo más limpia posible. A tal fin se organizó una Sextaferia a la que concurrió gran número de gente.
En esta foto y en las
siguientes se puede comprobar lo dicho.
Foto: José Luis Cabo Sariego.
Foto: José Luis Cabo Sariego.
Foto: José Luis Cabo Sariego.
Foto: José Luis Cabo Sariego.
Foto: José Luis Cabo Sariego.
Foto: José Luis Cabo Sariego.
Foto: José Luis Cabo Sariego.
Foto: José Luis Cabo Sariego.
Foto: José Luis Cabo Sariego.
Después
del trabajo es necesario reponer fuerzas. En la foto Luis Zamora Muñiz, de La
Vega;
Jesús Álvarez Vázquez (Chus) de Ablaneo Y Ginés Cabo Fernández (Gin), de
La Xuncar.
Foto: José Luis Cabo Sariego.
Al año siguiente (1974), en pleno deshielo de primavera, así podíamos contemplar
el llagu L´Angliru: totalmente lleno.
Foto: José Luis Cabo Sariego.
Foto: José Luis Cabo Sariego.
Al año siguiente, en la primavera de 1974, el Llagu de L´Angliru se llenó por completo con el agua
Al año siguiente, en la primavera de 1974, el Llagu de L´Angliru se llenó por completo con el agua
En octubre de 1973 se finalizó la obra de construcción del Llagu L´Angliru (Riosa). Aún faltaban varios años para que hubiera carretera. La obra se realizó siendo Alcalde D. Silvino Sariego Muñiz, y en ella tuvieron una participación muy activa los ganaderos. Al año siguiente, como se ve en esta foto del mes de Junio de 1974, una comisión municipal, integrada por el nuevo Alcalde, D. Avelino Pérez González; el primer teniente de Alcalde, D. Carlos Martínez Vázquez; el Concejal D. Paulino Martínez Vázquez; el Encargado de Obras del Ayuntamiento, D. Julio Muñiz Fernández y El Secretario, D. José Luis Cabo Sariego, realizo una visita de inspección, comprobando in situ los buenos resultados de la obra realizada. El llagu estaba lleno, a punto de rebosar.
MEJORAS POSTERIORES.-
Posteriormente, la construcción de la carretera hasta L´Angliru, en el mandato del Alcalde D. Alfredo Alvarez Espina, hizo que, el fácil acceso, contribuyera a que esta zona se recargara de ganado, a pesar de haberse construido ya el Embalse de Robles, La construcción de embalse de L´Angliru sirvió de acicate para que,posteriormente, se llevasen a cabo las obras de los llagos de Llazarandín y Abeduriu para volver a restablecer la proporción en el reparto del ganado, no obstante, el que, ni Robles, ni Llazarandín, ni Abeduriu, contasen con carretera, hizo que la mayor carga de ganado siempre la tuviera L´Angliru.
Posteriormente, la construcción de la carretera hasta L´Angliru, en el mandato del Alcalde D. Alfredo Alvarez Espina, hizo que, el fácil acceso, contribuyera a que esta zona se recargara de ganado, a pesar de haberse construido ya el Embalse de Robles, La construcción de embalse de L´Angliru sirvió de acicate para que,posteriormente, se llevasen a cabo las obras de los llagos de Llazarandín y Abeduriu para volver a restablecer la proporción en el reparto del ganado, no obstante, el que, ni Robles, ni Llazarandín, ni Abeduriu, contasen con carretera, hizo que la mayor carga de ganado siempre la tuviera L´Angliru.
El
hecho de que los muros y el fondo del
llagu no fuesen impermeabilizados y,
también, el lecho de rocas que hay en
alguna zona del mismo, hacía que parte del agua embalsada se fugase, mermando
así la capacidad del mismo.
Este
problema se solucionó, en parte, en la época del Alcalde D. Alfredo Alvarez
Espina. Y se hizo de manera indirecta. El Ayuntamiento de Oviedo, había
construido, con la oposición del Ayuntamiento de Riosa, un túnel de siete
metros cuadrados de boca y una longitud de cuatro kilómetros por la ladera de
la Sierra del Aramo, desde el Embalse de Arroxines hasta el Concejo de Morcín con el fin de llevar el agua hasta el EMBALSE DE LOS ALFILORIOS. Este túnel tenía y tiene un único fin: llevar más agua de la que legalmente le correspondía por
las concesiones del último cuarto del siglo XIX y primer cuarto del siglo XX,(115 litros por segundo de los manantiales de Felguerua, Maderada y Arrojines del Code, 25 litros por segundo de Fuentes Sordas y 77 litros por segundo de los manantiales del Llamo) obtenidas también con la oposición del Ayuntamiento de Riosa). No prosperando las
reclamaciones ante los tribunales – como también había ocurrido en el siglo
pasado-, la Administración, otorgó a
Riosa algunas “compensaciones” , si es que se puede llamar así – para nosotros
limosnas – reconociendo así de forma encubierta los perjuicios ocasionados al
Concejo de Riosa (El río Riosa, al perder el aporte fundamental del agua
procedente del Code, bajaba y baja prácticamente seco en época de estío).
Tomaron el ejemplo de las compensaciones realizadas en el siglo pasado (lavaderos y fuentes publicas…). Pues
bien, una de las compensaciones concedidas fue la de construir
un red para bombear agua desde la boca
norte del túnel, hasta el Llagu de L´Angliru, de esta forma cuando el nivel
del embalse era bajo, se suministraba el agua necesaria. No obstante, a pesar
de ser un hecho importante, ya que permite al ganado permanecer más tiempo en los pastos de altura,
la ejecución de este proceso es harto costoso, ya que el mantenimiento del
servicio (red, bombas, suministro eléctrico, gasoil …), corre a cargo del
Ayuntamiento de Riosa. Ni siquiera fueron capaces de hacerse cargo de este
servicio a pesar de la insistencia del Ayuntamiento de Riosa, alegando escasez
de medios económicos.
EPÍLOGO.-
Como colofón, podemos decir que la construcción del embalse de L´Angliru, en las duras condiciones en que se llevó a cabo, fue una autentica hazaña, en la que debe destacarse la actuación de los ganaderos ya que, sin su colaboración y entrega la obra dudo que se hubiera ejecutado, al menos aquel año. Por otra parte fue el ejemplo que se necesitaba para que se activasen las obras de los restantes llagos riosanos en La Sierra del Aramo: Llagos de Robles, Llazarandín y Aveduriu. Con la red de embalses actualmente existentes en la parte de la Sierra del Aramo que pertenece a Riosa, los ganaderos tienen garantizado que sus reses puedan permanecer en los pastos de altura hasta el último día de la campaña de pastos, y, si tienen que abandonarlos, será por el agotamiento de los pastos pero, nunca, por falta de agua como antaño se producía.
EPÍLOGO.-
Como colofón, podemos decir que la construcción del embalse de L´Angliru, en las duras condiciones en que se llevó a cabo, fue una autentica hazaña, en la que debe destacarse la actuación de los ganaderos ya que, sin su colaboración y entrega la obra dudo que se hubiera ejecutado, al menos aquel año. Por otra parte fue el ejemplo que se necesitaba para que se activasen las obras de los restantes llagos riosanos en La Sierra del Aramo: Llagos de Robles, Llazarandín y Aveduriu. Con la red de embalses actualmente existentes en la parte de la Sierra del Aramo que pertenece a Riosa, los ganaderos tienen garantizado que sus reses puedan permanecer en los pastos de altura hasta el último día de la campaña de pastos, y, si tienen que abandonarlos, será por el agotamiento de los pastos pero, nunca, por falta de agua como antaño se producía.
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